Friday, March 03, 2006

Dimensiones

Elismae de Antioquia pensó que el tiempo era una línea que iba del pasado al futuro, pasando por el presente, cualquiera fuera el lugar en donde este se encuentre. El presente, para Elismae, era como una tajada de queso cortada en esa línea: de esa forma escucharíamos siempre la misma nota musical, veríamos siempre el mismo cuadro, eternamente, quietos en la quietud, como una estatua inalterable. De ahí deriva que el presente seria un contínuo de tajadas, lo que nos permitiría escuchar la melodía completa y ver el cambiante pasaje de nuestro transcurrir, tal como la sucesión de cuadros de una película nos provee la ilusión de movimiento. Tal presunción nos aleja de lo real o tangible (el presente sería d! e tal forma algo inasible, pues cada vez que comienza, termina para dar paso a la siguiente tajada o cuadro de película). De esa forma, lo único real sería el pasado y el presente, que estarían quietos y comprobables. Pero tampoco es posible, pues si a cada momento el presente se modifica dejando atrás un cuadro o tajada, esto modificaría permanentemente este pasado, y de la misma manera, al ir arrancando tajadas o cuadros al futuro, este también se modifica, lo que los pone a ambos, pasado y futuro en el mismo móvil lugar del presente, y por lo tanto, inexistentes. La única explicación que encuentra Elismae a esta teoría, es que nosotros, ni nada de lo que existe, existimos realmente, lo cual nos lleva al teorema de Andrade el cojo que resuelve para siempre, si “siempre” existe, el problema de la no existencia de lo existente.
El teorema de Andrade demuestra la existencia de un “tiempo”, si lo podemos llamar así, integral o total, en el que todas las cosas suceden al unísono: el principio, el fin, el Alfa y el Omega, arriba, abajo, donde los cuatro puntos cardinales son uno solo y no lo son a la vez. La percepción de este conglomerado no le es posible al mortal común en el estado corriente de vigilia, dados los elementales o demasiado simples elementos perceptivos del cuerpo humano, siendo la única forma posible de comprensión la línea de tiempo tal como lo pensó Elismae, y con esto volvemos al principio. Volver al principio, empezar otra vez, nos hace pensar en una teoría del tiempo circular y no lineal. Pero esto sería tema de otro artículo.

Gerard le Coc

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